Se paró en el camino junto a mí;
y se dejó retratar;
era preciosa.
Como aquella “Blanquita”, mi oveja,
que, cuando yo era niño, en mi patio vivía;
que se escapó para siempre, un domingo de lluvia;
y que también ella era preciosa.
¿Sería ella y por eso me miraba?Manolo Navarro
fotógrafo
prueba
ResponderEliminar