11 de abril de 2007

El final de una partida

Una sencilla partida de ajedrez, un elegante tablero, un vencedor y un vencido.

Un rey, con clásica y abstracta figura y cruz en el pecho; una reina, vanguardista y sin corona, casi rozando vestimenta penitencial y por poco comparte imagen de su fiel esbirro alfil, sino fuera porque éste simula en su figura estrecha espalda y ancho trasero.

Es el final de una partida de ajedrez, inofensiva y entretenida partida para unos, para otros, en cambio, un juego que esconde pensamientos y actuaciones poco sociables, otros lo transcriben en un entorno feroz, exagerado en poderes, superioridades y clasificaciones sociales y otros, claro está, ven subliminarmente en ella, batallas, guerras, sometimientos y muertes.

Ajedrez, sin duda, una tradición, tome como se tome.

Texto: colaboración de Raul Rodríguez

Manolo Navarro
fotógrafo

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