Una gaviota... enciende hoy mi blog
Y agarrado a sus barrotes… escrutaba el cielo…
… y miraba y veía… sólo espacio baldío;
rejas mohosas, sueños soñados.
E insistía y persistía… esperanza esperada,…
… pupilas lloradas, retinas quemadas;
pero sabía… percibía… que ella volvería.
Y así fue… en otoñal atardecer,
que vino a posar su alada dorada;
sólo para él… su tierna gavina.
Nostalgia añorada, gaviota soñada.
Y la miró y le miró;
… y le habló… y la escuchó…
Y a aquel prisionero, injusto cautivo…
suave le acompañó; su ave le perdonó…
... su ave suave.
Y la noche llegó… como llega la muerte,
silenciosa… uniforme… invariable… constante;
soplando las velas de la luz otoñal…
… rojizo cobre… estallido crepuscular.
Y ella, la gaviota… voló…
… y él, el cautivo, solitario de nuevo, lloró.
Y agarrado a sus barrotes… escrutaba el cielo…
… y miraba y veía… sólo espacio baldío;
rejas mohosas, sueños soñados...
Manolo Navarro
fotógrafo
de su serie “la mirada del prisionero”